de Música Participativa, el Lunes, 22 de marzo de 2010, 0:44
La
producción de sonido y el movimiento espontáneo, pueden convertirse en
una manifestación audible y visible de la interrelación de un grupo de
personas. La trama musical del encuentro se va tejiendo en forma
imprevisible expresando una estética de distintos planos, conforme
prestemos atención a una resultante global- paisaje sonoro-, o a las
distintas relaciones y diálogos que producen las personas, que están
cantando o utilizando instrumentos.
Una de las claves es
promover la inclusión de todo tipo de sonidos, sin prestarle atención a
los juicios y categorías de valor, con respecto a un resultado armónico
predeterminado, o a las nociones de afinación y desafinación, que
pudieron haber determinado nuestro aprendizaje. Esto es un paso a la
habilitación de las personas mismas en su complejidad, dudas ,
inseguridades y alegrías en el encuentro con su propia voz. Un espacio
en el que todo lo que puedo producir vale, en cuanto me expresa, y
tiende a modificarse libre y continuamente en la interacción con los
otros.
Esto va generando momentos musicales con diferentes
consonancias y disonancias, acuerdos rítmicos, o aparentes disritmias,
comprometiendo casi siempre a las personas integrantes en un cuerpo
sonoro colectivo. Un organismo grupal que experimenta sensaciones,
emociones y pensamientos, a los que se puede seguir, invitar y dar
cabida. De alguna manera nos acerca a antiguas culturas, al canto primal
y al empleo instintivo del sonido; así como a la improvisación surgida
en la mutua influencia de caracter lúdico con el grupo. En base a
múltiples y simples consignas, se puede facilitar determinado orden y
formas de ensamble posible entre los integrantes, acuerdos de cuando
emitir, y algunas referencias de pulso, o latido general con el que
trabajar. Esto puede ser un vehículo contenedor de la creación grupal, y
generar momentos de mayor cohesión , como estructuras más reconocibles,
desde el oído tradicional.
En todo momento el eje es la escucha, que va cobrando mayor importancia y profundidad a medida que se la ejerce. Es una cualidad de escucha, que influye directamente en la propia producción de sonido, porque es relacional, y puede extenderse hasta captar resultantes generales cada vez más amplias. Accede al entorno, y sintoniza con él, permitiéndome adaptarme, jugar y percibir una estructura armónica , cualquiera sea;en la que participo, modifico, y me modifica en forma recursiva.
En todo momento el eje es la escucha, que va cobrando mayor importancia y profundidad a medida que se la ejerce. Es una cualidad de escucha, que influye directamente en la propia producción de sonido, porque es relacional, y puede extenderse hasta captar resultantes generales cada vez más amplias. Accede al entorno, y sintoniza con él, permitiéndome adaptarme, jugar y percibir una estructura armónica , cualquiera sea;en la que participo, modifico, y me modifica en forma recursiva.